Cerezas para la artritis, gota y ácido úrico

septiembre 07, 2019

Las cerezas son un magnifico aliado para cuidar la salud. Ricas en fibra y vitaminas, muchas personas las utilizan para atajar problemas de salud o afecciones como la gota, el insomnio, las infecciones de orina o los dolores relacionados con procesos inflamatorios. 


Estas jugosas perlas rojas son muy saludables y no cabe esperar reacciones adversas de su consumo, aunque solo deben comerlas con moderación las personas con dificultades digestivas o propensas a los cálculos renales, debido a su contenido de ácido oxálico.

Los pacientes que más pueden beneficiarse de las cerezas son los que sufren exceso de ácido úrico, que inflama y deforma las articulaciones. 

Comer entre 15 y 25 cerezas diarias o beber su jugo reduce los niveles de ácido úrico en la sangre y previene eficazmente los ataques. Desde entonces se han publicado muchos estudios que ratifican la eficacia del tratamiento.


Prepara el jugo rápido y fácilmente



La forma más fácil de preparar las cerezas es colocándolas en un tazón. Ahora lávalas con agua fría y cuélalas. Ahora abre las cerezas verticalmente y saca las semillas usando un cuchillo de mantequilla.


Agrega la cantidad de azúcar al gusto y licúa la mezcla. Si quieres que quede muy ácido, no le agregues azúcar. De lo contrario, agrega unas 2 cucharadas. Puedes agregar más posteriormente si así lo deseas.

Agrega el agua que sea necesaria. Si no le agregas agua, el jugo quedará como un concentrado de jarabe. Agrega el agua poco a poco con una cucharada y licúa cada vez. Detente cuando alcance la consistencia que te gusta.


Filtra el jugo con un colador. A menos que te guste el jugo de cereza con pulpa, filtra el contenido. 

Sirve y disfruta.


Otros beneficios.


• Reumatismo y artritis. Debido a sus componentes depurativos y antioxidantes, así como a la presencia de ácido salicílico, las cerezas tienen propiedades antiinflamatorias.

• Diabetes. Reducen el riesgo de aparición de esta enfermedad y sus complicaciones (retinopatía, etc.). Además, son bien toleradas por los diabéticos por su contenido en fructosa y  de bajo índice glucémico. 

• Trastornos hepáticos. Ayudan a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre y su posible acumulación en el hígado. Evitan igualmente la formación de cálculos biliares. 

• Corazón. Varios componentes fenólicos que abundan en la cereza protegen el sistema cardiovascular y previenen la angina de pecho y el infarto de miocardio.

• Obesidad. Son recomendables en dietas para reducir peso por su efecto saciante, laxante y diurético. Esto se debe a su contenido en fibra, agua y potasio, así como al bajo aporte de lípidos y sodio.

• Belleza. Gracias a sus vitaminas A y C protegen y suavizan la piel. También favorecen el bronceado por su contenido en caroteno y pueden ayudar a reducir la celulitis, pues mejoran la microcirculación y la inflamación del tejido subcutáneo.

• Cáncer. Su riqueza en bioflavonoides, especialmente antocianinas, pigmentos a los que deben su color rojizo azulado y que tienen propiedades antioxidantes, capaces de evitar la degeneración celular, comer cerezas ayuda a reducir el riesgo de cáncer, en particular el de colon. Su contenido en ácido elágico refuerza sus propiedades protectoras.

• Antienvejecimiento. Los componentes de la cereza depuran el organismo y protegen el sistema nervioso y vascular.

• Sueño. Su riqueza en melatonina, una hormona que segrega la glándula pineal por la noche ayuda a regular el sueño.


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